30 - 08 - 2019
En el sector de la impresión y de los consumibles de impresión, se denomina «clones» a los cartuchos fabricados ilegalmente sin respetar las patentes de los fabricantes. En algunos casos, la usurpación llega incluso a constituir una falsificación ya que se utiliza el logotipo de la marca en el envase.
Esta práctica procede principalmente de algunos fabricantes del sur de Asia. En Estados Unidos y Europa la venta de clones está prohibida, incluso si su presencia en el mercado es cada vez más importante.
Proliferan los cartuchos de inyección de tinta y los cartuchos de tóner (para impresora láser) falsificados. «Solo en 2012, se confiscaron 65 millones de dólares en tintas falsificadas, principalmente en mercados emergentes» (fuente: RTBF.de «Falsificación: cuidado con los cartuchos de tinta clonados», 30 de marzo de 2013).
Los clones son de mala calidad. En efecto, para ahorrar, los procesos de fabricación no contemplan la inversión en I+D o el cumplimiento de las normas y certificaciones.
El principal riesgo es material: en el peor de los casos, la impresora se puede deteriorar y, en el mejor de los casos, es posible que los cartuchos no funcionen según los usos que garantizan las patentes. Además, si surgiera cualquier tipo de problema, la garantía del fabricante de los clones, a diferencia de los compatibles (artículo xxxxx), no será efectiva.
Según un estudio de Forester Consulting (junio de 2012), el 70 % de los usuarios de cartuchos falsificados constatan un empeoramiento de la calidad de impresión (1).
Debido a su naturaleza ilegal, no se puede dar un segundo uso a los clones y, por lo tanto, se incineran de inmediato. En la mayoría de los casos, los clones se importan sin someterse a los análisis de seguridad y sanitarios establecidos en Europa. Como, por ejemplo, la Directiva REACH («REACH es un Reglamento de la Unión Europea, adoptado con el fin de mejorar la protección de la salud humana y el medioambiente contra los riesgos que pueden presentar los productos químicos [...]» - Fuente: ECHA - Comprensión de REACH) o RoHS.
Asimismo, es imposible que las falsificaciones cuenten con las Fichas de Datos de Seguridad que, junto con el etiquetado reglamentario, permiten informar al consumidor sobre los peligros relacionados con los productos químicos presentes en el producto utilizado e indicar los medios de protección y las medidas preventivas que se deben adoptar.
Los clones pueden contener un nivel peligroso de productos químicos (DecaBDE) (1)
(1) Desde 2008, por medio de la directiva REACH, la Unión Europea prohíbe la presencia de DecaBDE (decabromodifenil éter) superior a 1000 ppm en los aparatos electrónicos (incluidos los consumibles de impresión), del mismo modo que lo prohíbe por completo en muchos otros productos.
Debido a los precios atractivos de los clones, tanto los fabricantes de productos originales como los fabricantes de compatibles remanufacturados se ven afectados por la competencia desleal.
En efecto, como operadores en el mercado europeo, los fabricantes deben hacerse cargo de los costes y atenerse a las restricciones vinculadas a la normativa europea y a los cartuchos usados (respeto de las patentes, competencia leal con los OEM y respeto de sus marcas). La RAEE establece el principio de recogida de los cartuchos usados para un tratamiento adecuado de los cartuchos al final de su vida útil. Normas de seguridad FDS y REACH para garantizar la seguridad sanitaria de los usuarios y empleados que utilizan los productos. Como resultado del cumplimiento de las normativas, el proceso de comercialización es más largo para estos fabricantes que en el caso de los clones, que no pasan por ninguna de estas etapas.
Algunas empresas se comprometen aún más respetando las normas y certificaciones medioambientales y ofrecen garantías de producto aparte de la garantía de los fabricantes.
Los proveedores de compatibles se han organizado y agrupado en una organización, ETIRA, para luchar contra las malas prácticas y aportar valor al sector de los compatibles.
