01 - 03 - 2018
Hoy en día, muchas empresas tienen la sensación de que están «haciendo lo que deben». Consideran que, al comprar un cartucho de impresora supuestamente «responsable», participan en un proceso de sostenibilidad que incluye unos procedimientos de clasificación y reciclaje respectuosos de las normas.
Pero la realidad es muy diferente: la recogida no siempre garantiza que el proceso sea el adecuado y adecuadamente al producto y, muy a menudo, es difícil saber a ciencia cierta qué es lo que sucede con ellos.
Los cartuchos que recogen los fabricantes suelen destruirse y triturarse sin que se realice una clasificación exhaustiva de los materiales, esto impide que puedan ser remanufacturados.
Además, los métodos actuales de tratamiento de los cartuchos no reutilizables varían mucho, desde la incineración con o sin recuperación de energía, pasando por el triturado o la separación de metales y plásticos, pero sin desmantelamiento fino. Sin embargo, para que la materia prima secundaria sea reciclable, no debe contener impurezas, lo que hace que sea indispensable pasar un desmantelamiento fino por tipo de material y por familia.
El compromiso total de OWA, la primera marca de cartuchos de impresora revalorizados al 100 %, de cumplir esta exigencia.
La prioridad de OWA es mantener la calidad del producto de origen, promoviendo una iniciativa de economía circular y respetando la jerarquía europea de residuos a través de la remanufactura y del reciclaje integral.
Estas exigencias técnicas van acompañadas de una exigencia de transparencia: OWA la cumple remitiendo a las empresas un Balance de Materiales, que demuestra lo que sucede de manera detallada con cada uno de los cartuchos usados recogidos.
En algunos centros de revalorización del grupo ARMOR, los cartuchos se clasifican manualmente en dos categorías: los cartuchos que pueden reutilizarse como cartuchos remanufacturados y los no reutilizables, que se desmantelarán.
El desmantelamiento se efectúa materia por materia obteniendo nuevas materias primas secundarias (plástico, poli estireno, residuos metálicos, cobre, aluminio, etc.) que pueden transformarse en productos nuevos. Aplicando este método se evita el enterramiento, la incineración o el triturado global del cartucho vacío.
